Coloquese boca abajo en el piso, con las piernas junta y rectas, luego
ponga las palma de las manos a la altura de los hombros cerca del pe-
cho, inhale profundamente y arrastre su nariz por el piso, levantando
lentamente la cabeza del suelo y con ello los hombros, de manera que
el pecho quede levantado, como lo muestra el dibujo, mantenga es-
postura unos segundo de manera relajada, inhale y exhale suave y
tranquilamente
Beneficios: Esta asana tiene la virtud de fortalecer los músculos de la
espalda, mejorando la flexibilidad de la columna, limpiando los riño-
nes, es revitalizante ya que hace trabajar las glàndulas suprarrena -
les, además abre la garganta, pecho y abdomen