Juan Gérvas, médico ortodoxo contra los excesos de la medicina ortodoxa, acaba de publicar el polémico libro ´Sano y salvo (y libre de intervenciones médicas innecesarias). Juan gervas (Badajoz, 1948) se licenció –con 22 matrículas de honor– y doctoró en Medicina, cuyo ejercicio ha compaginado con la enseñanza en media docena de universidades y con la redacción de 300 artículos científicos. Acaba de publicar el polémico libro ´Sano y salvo (y libre de intervenciones médicas innecesarias)´, escrito con su esposa Mercedes Pérez Fernández, también médico.
–¿Los enfermos trabajan para los laboratorios farmacéuticos?
No, pero el equilibrio entre quienes no mueren gracias a los laboratorios empieza a verse compensado por quienes mueren a consecuencia de los medicamentos, que son cada vez más. La codicia ha roto el consenso tácito entre el paciente y la industria farmacéutica, hoy peor valorada que las tabaqueras.
–¿La medicina actual crea enfermos?
Sí, por ejemplo cuando el suplemento de un periódico hablaba el domingo del “envejecimiento como enfermedad”. Supone una crueldad, porque envejecer es salud, un estado gozoso de quienes pueden alcanzarlo gracias al esfuerzo social.
–En su libro: “No se mida el colesterol, ¡sea feliz!”.
No hay que medirse el colesterol nunca, salvo en caso de problemas en las coronarias. Los chequeos médicos son perjudiciales y obedecen a intereses comerciales. Cinco TACs equivalen a la radiación de la bomba de Hiroshima, imagine los que se chequean anualmente. Por si acaso va a morir usted mañana, sea feliz hoy.
¿Dos médicos ortodoxos (él y su esposa) contra la medicina ortodoxa?
Contra sus excesos, recordando que hay una colusión o confluencia de intereses con personas que esperan no morir y ser siempre jóvenes. El que juega a los trileros, tiene expectativas infundadas. Y no sólo vende mierda la industria farmacéutica, también la de alimentos.
–¿Angelina Jolie es una heroína por amputarse los pechos?
No. Como persona es intocable, nadie puede discutir su decisión. Como ejemplo es nefasta, una víctima de la industria quirúrgica –dio el nombre del centro donde se había operado– y genética, cuyas acciones subieron tras el anuncio.
Se han contabilizado 200 factores de riesgo de infarto, roncar incluido.
–Un factor de riesgo es una asociación estadística, no una condición necesaria ni suficiente. El mayor peligro de infarto es la pobreza. El segundo es el tabaco, y son los pobres quienes fuman. Si quiere disminuir la probabilidad de enfermar, conviértase en rico, pero eso no está en la seguridad social.
–¿Cómo sabe Michael Douglas que contrajo su cáncer por la práctica del sexo oral?
Es una vergüenza dolorosísima, un insulto. Sólo un mínimo de cánceres orofaríngeos guardan relación con el virus del papiloma humano. De nuevo, la población de riesgo son pobres, fumadores y alcohólicos. Sucede que para los médicos tienen más interés los culos de los ricos que la boca de los pobres.
–¿Los afortunados que tienen el sexo oral a su alcance pueden seguir practicándolo?
Claro, practique el sexo oral y disfrute. En pareja de distinto sexo, del mismo sexo o en grupo. Recuerde que es gratis, que se puede repetir y que siempre da placer.
Su libro concede gran importancia al sexo.
Porque considero que hay especialidades médicas que persiguen el sexo con más rigor que la religión durante la Edad Media. Es una parte importante de la vida, que gusta en la juventud y a los ochenta años, aunque se cambie de la cantidad a la calidad.
-Hay millones de personas vivas gracias a la medicina agresiva que usted critica.
Hay millones de personas que se creen vivas gracias a la medicina agresiva. En Estados Unidos, más de un millón de mujeres piensan que han sobrevivido a un cáncer de mama que nunca las hubiera matado. Lo mismo sucede con más de la mitad de los tumores de próstata. ¿Han sobrevivido al cáncer? No, han sobrevivido al médico.
–Con estas tesis, sus colegas deben verlo como el Doctor Yayoflauta.
Formo parte de una red mundial que lleva medio siglo trabajando en estos asuntos, y a la que se incorpora cada vez más gente joven. La mayoría de mis compañeros me adoran, salvo algún radiólogo o ginecólogo. No hay hostilidad, porque digo lo que otros no se atreven, rompo con el statu quo.
-¿Nos hemos vuelto locos?
Ha disminuido la tolerancia a la variación mental, que se ha transformado en enfermedad. Todos tenemos días en que nos comeríamos el mundo y otros en los que querríamos desaparecer, no podemos homogeneizar.
-Niños atiborrados de fármacos.
Se quiere medicalizar el fracaso escolar para quitarse las responsabilidad de encima.
–¿El miedo disminuye la esperanza de vida?
Si tienes una actitud optimista, vives ocho años más. No podemos destruir nuestras vidas a la espera de que se resuelva el tremendo momento económico que atravesamos. No voy a dejar de follar porque haya crisis
-La actividad del sistema sanitario, ¿la tercera causa de muerte?
Sí, en EE.UU. causa 225.000 muertes anuales. En España los medicamentos tienen unos 19 millones anuales de efectos adversos y provocan la muerte a 6.500 pacientes.
También se ha demostrado (Israel) que cuando los médicos hacen huelga las muertes disminuyen un 45%. Y mis afirmaciones se basan en estudios científicos fiables.
¿No siempre es mejor prevenir?
Los daños de la prevención se perciben a largo plazo. Hoy sabemos que por ejemplo la terapia hormonal sustitutiva para eliminar los síntomas de la menopausia, utilizada por millones de mujeres, provoca infartos, embolias y cáncer de mama (55.000 nuevos casos en el Reino Unido).
Ahora se lleva el diagnóstico precoz.
Hoy se diagnostica antes y más, pero la mortalidad es la misma. El diagnóstico precoz no mejora el diagnóstico de muerte.
¿Entonces?
Produce algo terrible: hordas de supervivientes, por ejemplo de cáncer, que viven más tiempo con el diagnóstico pero no viven más.
Qué duro.
La autoexploración de mama no disminuye la mortalidad, pero duplica las biopsias. El cáncer de cuello de útero no disminuye por hacer citologías, pero se siguen haciendo diez millones de citologías al año en España. Si quiere disminuir el cáncer de cuello de útero, céntrese en la población marginada.
¿Y el cáncer de próstata?
Si quiere reducirlo, no haga el cribado de cáncer de próstata en personas que no tengan síntomas. Hay muchísimos cánceres inofensivos, histológicos, que se diagnostican y se tratan en nombre de la prevención.
¿Desaparecen solos?
Sí, o se quedan tranquilos. Y no son tumores pequeños, el de próstata puede representar el 60%, y el de mama el 47%, pero se quita el pecho, se hace radioterapia, quimioterapia, y la vida de esa mujer girará alrededor de un cáncer que nunca la habría matado.
Entonces, ¿qué hacemos?
Disminuirían muchos cánceres haciendo menos radiología y controlando los tóxicos industriales. Pero en este complejo mundo de intereses, deseos y expectativas cuajan propuestas de prevención imposible, de intervenciones sin justificación que dañan a la población con pruebas diagnósticas y los tratamientos consecuentes.
¿Por qué remiten solos?
Normalmente, los que remiten solos no dan síntomas ni molestias, somos nosotros los que los descubrimos. En el diagnóstico precoz no se parte de población con síntomas.
¿Qué me dice de las vacunas?
Hay vacunas necesarias, pero otras como las de la gripe, el virus del papiloma humano, el neumococo, el rotavirus o la varicela son puro negocio.
¿La vacuna de la gripe no es efectiva?
Durante la pandemia de la gripe A vacunaron a la población sueca (el beneficio teórico era 50 muertos menos) y produjeron 200 casos de narcolepsia en adolescentes.
Enfermos crónicos.
Lavarse las manos disminuye mucho la transmisión de la gripe, y el 40% de los médicos y enfermeras no lo hace. Pero la vacuna de la gripe no disminuye el contagio ni las muertes, no es eficaz en personas sanas ni en personas mayores de 65 años, lo ha publicado la revista The Lancet. A la gente mayor la atiborran de pastillas, como si ser viejo fuera una enfermedad, y eso le resta calidad de vida y a menudo la mata.
¿Y la epidemia de colesterol?
Su nivel de colesterol no tiene nada que ver con su pronóstico respecto a las probabilidades de tener infarto de miocardio, y la mayoría de dichos infartos se dan en personas con colesterol normal o bajo. Además, los tratamientos para bajar el colesterol sólo son eficaces en las personas que ya tienen problemas coronarios, en todos los demás casos el tratamiento es inútil y perjudicial.
¡...!
No se mida el colesterol, sea feliz, porque ser feliz y optimista añade ocho años de vida. Y practique la dieta mediterránea, que no consiste en tomar aceite de oliva a cucharadas, sino en poner un mantel, cubiertos y tener compañía: no coma delante del televisor. Y si está embarazada, disfrute.
¿demasiadas ecografías?
Sí, y no están justificadas, ni los suplementos rutinarios de hierro y yodo. Estados Unidos, que es el país más intervencionista y el que más dinero gasta en la atención al parto, ha triplicando su mortalidad.
¿Se muere por exceso de atención?
Sí, los pobres mueren por carencia de atención y los ricos por exceso. Un tac son 750 radiografías en un adulto y el doble en un niño. La radiación que recibió la población en Japón en la Segunda Guerra Mundial equivale a cinco tacs. ¡Ojo con los chequeos!
¿Y las vitaminas?
En los países ricos, los complementos vitamínicos son como mínimo inútiles y en muchos casos perjudiciales.